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De la abundancia del corazón habla la boca

Vestía traje elegante, tomó un pequeño recipiente y presionó sobre él,
tras el sonido del spray la fragancia de flores silvestres,
entonces cerró sus ojos y dispuso su olfato para discernir entre margaritas y gardenias…

¿Quién será el frasco para que entienda,
que de la abundancia del corazón habla la boca?
¿Qué situación pondrá presión sobre aquel recipiente;
para que emita el suave sonido de un spray,
o el ensordecedor sonido de un grito, frase, mirada o comportamiento;
que en lugar de malvas y amapolas silvestres, expidan el olor de flor podrida.?

Abrió sus ojos, se miró en el espejo y allí estaba,
aunque bella al fin y al cabo rosa y llena de espinas.

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