Categoría: Poemas
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Mi lamento Dios lo cambió en baile, Alegría es mi vestido, él desato mi cilicio. Refugio y castillo fuerte es Jesús a mi alrededor; Y ya te he dicho que si crees verás la gloria de Dios!
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Joven no te pongas limites, Ora, escudriña, canta o predica. Riquezas son las que la polilla no corrompe, Guarda tu corazón que de él mana la vida, Es Cristo la roca, la iglesia espera su venida.
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A mí me espera una patria celestial No retrocederé jamás Dios me ha dado una promesa Repito a mi alma una y otra vez En Cristo está puesta mi mirada Soy de Jesús, él es mi Rey.
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Alabada es la mujer que teme a Jehová Nosotros amamos a Cristo, porque él nos amó primero Y diga el débil fuerte soy Insondables son los juicios de Dios y acrisolada la palabra de Jehová.
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Y ella concedió su nombre A permitir que el Señor te hable Mi Jesús, Dios todopoderoso Intenta una vez más llamarte De las tinieblas, a su luz admirable Amado eres, deshecha el pecado Muestra los frutos de ser transformando A través de la palabra y el Espíritu de Dios Recibe por gracia esta salvación.
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Eres siervo del Señor Dios te ama grandemente Instruye e insta a tiempo y fuera de tiempo No temas Dios va contigo donde quiera que vayas Son mejores los años que se cumplen en el camino del Señor Otra vez os digo regocijaos, regocijaos en el Señor siempre No encuentras palabras para expresar, lo que…
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Si tomas una decisión A la voluntad de Dios, sometedla Muestra tu propósito en mí Inmutable Dios y padre eterno Rica para contigo quiero ser A todos les cuento que por mí vas a volver.
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Miren una mujer guerrera Imaginen su armadura Lleva el escudo de la fe Empuña su espada, la palabra No te rindas, no desmayes A Cristo has tu prioridad, con él nada te faltará.
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Puedo sentir la presencia de Dios, Amada soy por el Omnipotente, Oigan los cielos y la tierra, Los que aman a Dios todas las cosas le ayudan a bien. Ahora escúchenme decir: ¿si Dios es por nosotros quién contra nosotros?.
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Eres hija, eres madre Llevas contigo una responsabilidad En el camino el Señor Nunca te canses de instruir A esa herencia de Jehová, aquella que te llama mamá